Obras

“La Montaña. Epopeya de Autor”, en 2019 Editado por CEIBO.
El libro llamado “La Montaña” está formado por textos de formato literario muy diferente pero unidos por un hilo conductor que no es otro sino la persona misma de Julio-César Ibarra en evolución. No es una antología de escritos de los últimos años, sino un memorial posterior a las experiencias a las cuales el libro hace referencia. En esas experiencias, la rebeldía y la rabia junto con hacerse presentes, pero decantadas de su aspereza inicial, son transcendidas por un sometimiento libremente elegido del autor a la lucidez de su propia sabiduría.

“A la sombra de la montaña”

Julio César Ibarra es un poeta que pone sus ojos en la realidad, en esa realidad del día a día y que bien podríamos denominar hiperrealidad, por su énfasis en lo cotidiano, en lo inmediato de la percepción del entorno y de sus cosas. Sus poemas, desnudos, desprovistos de ropajes metafóricos, están cargados con la tinta del hombre que siente y se desvive por comprender y atrapar esa realidad, sin llegar a comprenderla como quisiera, sin llegar a tomar posesión de la misma, conformándose finalmente, a la fugacidad de la existencia, pero no del existente, en quien Julio César pone toda su creencia y su fe. Sus poemas, siguiendo esa amplia carretera expresiva abierta por Nicanor Parra, pero sin cuidar las formas clásicas trabajadas por el antipoeta, hablan con ese mismo tono jovial, juvenil, que es una de las más asombrosas características de la antipoesía. Así, sus textos nos acercan hacia aquel estado singular del alma (situada en una edad cronológica que llamamos adolescencia) donde la esperanza nunca cesa, donde los sueños nos desvelan y permiten al individuo seguir soñando sin claudicar. Como ocurre en los poemas de A la sombra de la montaña, publicados por Asterión, y los que bien podríamos traducir aquí como a la sombra de esa gran esperanza que asiste por siempre a la juventud.
“Tenemos Tanto que Contar”
El programa “Tenemos tanto que contar” nace inspirado en “Las abuelas cuentacuentos” de la Fundación Memo Giardinelli, fue traído a Chile por el escritor Diego Muñoz Valenzuela e implementado por los escritores Martín Faunes y Julio César Ibarra. Consistió en hacer trabajar juntos a la Corporación Letras de Chile, el Hogar de Cristo y el Techo. Es así como los escritores enseñaron a los adultos mayores de los distintos Hogares en Santiago, a contar cuentos folclóricos, tradicionales o de autoría propia, a niñas y niños que se encontraban en los campamentos organizados en torno al Techo. El programa “Tenemos tanto que contar” ganó el Fondo del libro 2008, el programa “Tenemos tanto que contar para niños”, el Fondo del Libro 2009 y el programa “Tenemos tanto que contar en campamentos” ganó el concurso del SENAMA 2009. El programa se suspendió indefinidamente debido al accidente sufrido por su principal gestor, Julio César Ibarra en abril de 2011, que lo dejó tetrapléjico.